Cuando damos demasiadas vueltas a
las cosas y nuestra mente va sola hacia esos pensamientos negativos, quiere
decir que nuestro cerebro nos está jugando una mala pasada. Nos está
controlando la mente a nosotros, en vez de nosotros controlar a la mente.
Por supuesto, dependiendo del
problema y de la gravedad de este, podría ser conveniente consultar con algún profesional
lo que nos está pasando.
De todos modos, aquí os dejamos
algunas técnicas que podrían ser útiles para mejorar nuestra situación cuando
sentimos que nuestros pensamientos se nos van de las manos.
1 . Actuar
La actividad nos
ayuda a focalizar la atención en aquello que estamos haciendo. Por lo tanto, si
la actividad que elegimos es lo bastante interesante y activadora, lograremos concentrarnos
en ella y disfrutar. Deberían de ser actividades agradables que nos hagan
sentir bien y como consecuencia veremos que nuestra mente también cambia de
estado.
2 . Parada
del pensamiento
Esta técnica consiste
en decirte a ti mismo “basta” dándote la orden de parar cuando descubres que
has vuelto a pensar demasiado. Esta técnica no da buenos resultados con todo el
mundo, peo es cierto que algunas personas logran hacerlo después de entrenarse
en ello.
3 . Después
de la parada del pensamiento conviene decirnos
en voz alta lo que vamos a hacer. Es decir, voy a analizar el problema
real, y voy a ponerme una pequeña tarea mental. Un ejemplo podría ser :
“Esto ya lo he pensado varias veces y sigo dándole vueltas, si quisiera
hacerlo ya lo habría hecho, por lo que lo mejor puedo hacer es esperar y si eso
llega actuaré en ese momento como considere”
4 . Reservar 15-30 minutos para pensar en
todo eso que te pueda preocupar. Con esto lo que pretendemos conseguir es que
si durante el día vienen algunos pensamientos negativos automáticos podamos
decir “vale, esto me preocupa y ya vuelvo
a estar pensando en ello, pero luego a la tarde tengo esos 30 minutos que he
decidido darme para poder analizar la situación”. De esta manera podemos
posponer esos pensamientos para más tarde, y de ese modo no monopolizar nuestra
mente con el tema durante todo el día.
5 . Escribir las preocupaciones. Siguiendo
con el punto anterior, escribir los pensamientos que tenemos también nos ayuda
a coger distancia de los problemas que nos ocupan. Nos obliga a resumir y
aclarar nuestras ideas y a tener que generar un discurso coherente de lo que
estamos pensando. Por lo que una vez que hemos terminado de escribirlo se
recomienda volver a leer lo que hemos escrito y valorarlo en ese momento.
6 . Siempre
es buena idea compartir con un buen
amigo o familiar los problemas. Nos ayuda a relajarnos, sentirnos
comprendidos y además podremos tener una segunda opinión.
www.aukerapsicologia.com
Psicólogos en Donostia - San Sebastian